El asma bronquial es una enfermedad crónica inflamatoria de las vías respiratorias que afecta a más de 3 millones de españoles. Se caracteriza por episodios recurrentes de obstrucción bronquial reversible, causando dificultad para respirar, especialmente durante la espiración.
Los síntomas principales incluyen disnea o dificultad respiratoria, sibilancias (silbidos al respirar), opresión en el pecho y tos persistente, especialmente nocturna o matutina. Estos síntomas pueden variar en intensidad y frecuencia según el tipo de asma y los factores desencadenantes.
Existen diferentes tipos de asma: alérgica (la más común, causada por alérgenos como polen, ácaros del polvo), no alérgica (desencadenada por infecciones o irritantes), ocupacional (relacionada con sustancias del trabajo) y asma inducida por ejercicio. En España, los desencadenantes más frecuentes son el polen de olivo y gramíneas, los ácaros del polvo doméstico, el pelo de animales y la contaminación urbana. La prevalencia del asma en población española adulta es del 5-7%, siendo mayor en niños con un 10-15%.
Los broncodilatadores son medicamentos esenciales para el tratamiento del asma, diseñados para relajar los músculos lisos de los bronquios y facilitar el paso del aire. Los broncodilatadores de acción rápida actúan en 5-15 minutos y son fundamentales para el alivio inmediato de los síntomas agudos.
El salbutamol, comercializado como Ventolín o Salbuair, es el broncodilatador de rescate más utilizado. Se administra mediante 1-2 inhalaciones cada 4-6 horas según necesidad. La terbutalina (Terbasmin) tiene indicaciones específicas para pacientes con mayor sensibilidad al salbutamol y se dosifica de manera similar.
Para el control a largo plazo, el formoterol (Foradil, Oxis) es un broncodilatador de larga duración que proporciona protección durante 12 horas. Los diferentes tipos de inhaladores disponibles incluyen:
Los medicamentos de acción rápida se usan para crisis agudas, mientras que los de larga duración forman parte del tratamiento de mantenimiento diario.
Los corticosteroides inhalados representan la base del tratamiento antiinflamatorio del asma, siendo esenciales para controlar la inflamación bronquial y prevenir las crisis asmáticas. Estos medicamentos actúan directamente en las vías respiratorias, reduciendo la hinchazón y la producción de mucosidad.
Es fundamental realizar un enjuague bucal tras cada inhalación para prevenir la candidiasis oral. Los efectos secundarios son generalmente leves cuando se usan correctamente, incluyendo ocasional ronquera o irritación de garganta.
Las terapias combinadas ofrecen la ventaja de unir un corticosteroide inhalado con un broncodilatador de acción prolongada en un solo dispositivo, simplificando el tratamiento y mejorando la adherencia del paciente. Estas combinaciones proporcionan tanto control antiinflamatorio como broncodilatación sostenida.
La elección de la pauta de administración depende de la gravedad del asma, variando desde una dosis diaria en asma leve hasta múltiples dosis en casos más severos, siempre bajo supervisión médica especializada.
En España disponemos de diversos tipos de inhaladores para el tratamiento del asma. Los inhaladores presurizados (MDI) pueden utilizarse con o sin cámara espaciadora, siendo esta última especialmente recomendada para niños y personas con dificultades de coordinación.
Los nebulizadores se reservan para casos específicos como crisis graves o pacientes que no pueden usar otros dispositivos. La técnica correcta incluye: agitar el inhalador, exhalar completamente, sellar bien los labios, inhalar lenta y profundamente, y mantener la respiración 10 segundos. Los errores más frecuentes son la inhalación demasiado rápida y no agitar el dispositivo. El mantenimiento regular garantiza su efectividad.
El tratamiento del asma en España incluye terapias complementarias según el tipo y gravedad. Para el asma alérgica, los antihistamínicos como cetirizina o loratadina ayudan a controlar los síntomas asociados. El montelukast (Singulair) es un antagonista de leucotrienos especialmente útil en asma inducida por ejercicio y alergia estacional.
El cromoglicato sódico se utiliza principalmente en la prevención del asma infantil por su excelente perfil de seguridad. En crisis graves, la prednisolona oral proporciona un control rápido de la inflamación bronquial.
Las medidas preventivas en el hogar español son fundamentales:
El seguimiento médico regular y un plan de acción personalizado son esenciales para prevenir crisis y ajustar el tratamiento según las necesidades individuales del paciente.